SÓLO PARA MUJERES, Clarice Lispector

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CLARICE LISPECTOR, Sólo para mujeres, Siruela, Madrid, 2011, 216 páginas.

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En el epílogo Siempre mujer a través de los tiempos (pp. 177-187), Aparecida María Nunes detalla la procedencia de estos doscientos noventa textos firmados bien por Helen Palmer, Ilka Soares o Tereza Quadros: el trabajo periodístico de Clarice Lispector durante la década de los cincuenta. La estructura de la obra responde al subtítulo del original: Consejos, recetas, secretos.
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CONSEJOS

INGENIO

   ¿Las mujeres son menos ingeniosas que los hombres? Es cierto que las mujeres son excelentes artistas en el escena­rio. Incluso una gran cantidad de ellas ha obtenido éxitos estruendosos. Pero raramente se especializan en el ámbito de lo cómico. Por ejemplo, para cada Fanny Brico o Gracie Allen, podemos citar una docena de cómicos graciosísimos, como Bob Hope, Jack Benny, Milton Berle, Lou Costello, Ed Wynn, Jimmy Durante y otros.
   Incluso en historias humorísticas y chistes, los hombres tienen la primacía, además, de apreciar el humorismo en general mucho más que las mujeres. La prueba es que todos los escritores de chistes son hombres. Hay un ingenio en el buen humor de los hombres que provoca la hilaridad. La mujer, en general, intenta mantener su dignidad y, según un famoso psicólogo americano, se pueden reír de las otras, pero muy raramente provocan deliberadamente la risa.
   Los hombres también leen mucho más sobre estas cosas que sus compañeras.
   Se cuenta incluso un caso que acabó en divorcio. La de­nuncia de la esposa fue que cada vez que preparaba el de­sayuno para su marido y rompía un huevo, a éste le hacía mucha gracia obligarla a comérselo. Hasta que una mañana la costumbre fue muy lejos y la pobre tuvo que comerse cinco, y ya no le hizo ninguna gracia. Se puede ver bien la diferencia entre el humor masculino y el femenino.

RECETAS

LAS PECAS

   Las pecas tienen su encanto. A ciertas rubias les dan un aire picarón y picante. Pero, en las morenas, las pecas pier­den todo el atractivo y dan la impresión de una piel incluso (¡oh, horror!) poco limpia. Una manera eficaz de verse li­bre de ellas es la siguiente:
   Mezcla dos gramos de amoníaco con tres gramos de agua oxigenada a veinte volúmenes y el zumo de un limón. Aplícate esta mezcla dos veces al día y déjala secar en la cara. Después lávatela bien enseguida para evitar irritacio­nes de la piel y completa el tratamiento con una capa de crema hidratante.


SECRETOS

LA EXPERIENCIA DE HITCHCOK

   Alfred Hitchcock, el maestro absoluto del suspense ci­nematográfico, cuenta que se lo debe a un episodio de su infancia...
   Un día, su padre, sabiendo que había hecho novillos, organizó con ayuda de un amigo una cacería del niño que acabó con el joven Alfred preso y pasando una noche en la cárcel. Esto dio origen al «pavor del fugitivo» y al «terror del acorralado», que él sabe tan bien comunicar a sus persona­jes por haber vivido la misma experiencia.

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